Crear un gemelo digital de un ser querido y ausente: la inquietante frontera entre la tecnología y la emoción

El debate, que ya tuvo diversas versiones y escenarios, plantea dilemas éticos y críticas por su impacto emocional.

Innovación16 de abril de 2025Redacción R2Redacción R2
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¿Estamos preparados para encontrar rastros de un ser querido a través de la IA?Ilustración de Daniel Zender para Business Insider

David Kushner, periodista especializado en tecnología y autor del aclamado libro Masters of Doom (que pronto será adaptado a serie televisiva), ha vuelto a captar la atención con un experimento personal: convertir a su madre en un chatbot con voz y personalidad casi indistinguibles de la real. En un artículo para Business Insider, Kushner relata su experiencia con herramientas de IA como las ofrecidas por Eternos, una empresa que promete preservar la esencia de las personas mediante inteligencia artificial.¿Hablarías con un gemelo digital de alguien que amas? La respuesta, hoy, es más personal que tecnológica.

La tecnología que borra la línea entre lo real y lo artificial
El proceso, descrito por Kushner con una mezcla de fascinación y desasosiego, recuerda a episodios de Black Mirror, donde la tecnología replica —y a veces suplanta— las relaciones humanas. Primero, el sistema graba a la persona leyendo frases inconexas para capturar su tono y expresividad. Luego, mediante una app, se recopilan historias personales, gustos y consejos, construyendo una base de datos emocional.

Sin embargo, como advierte Kushner, hay limitaciones: no es posible recrear a alguien fallecido (se requiere consentimiento y grabaciones en vivo para lograr "profundidad"), y el resultado, aunque impactante, aún delata su artificialidad. "La IA de mi madre tiene errores, pero también una presencia emocional que nunca antes había experimentado con la tecnología", escribe.

¿Un futuro de "eternidad digital"?
Empresas como HereAfter AI y Project December ya exploran este campo, pero Eternos destaca por su enfoque en la "inmortalidad digital". Su modelo de suscripción (desde 25 dólares mensuales) plantea preguntas éticas: ¿Debemos comercializar réplicas de seres queridos? ¿Qué implicaciones psicológicas tiene interactuar con una IA que simula emociones? 

Kushner compara la experiencia con "jugar al Pong en 1972": rudimentaria, pero reveladora de un futuro donde la IA podría emular perfectamente la conciencia humana. Mientras, expertos como Sherry Turkle (MIT), autora de Alone Together, advierten sobre los riesgos de sustituir relaciones humanas por interacciones artificiales.

La paradoja de la perfección
El mayor desafío, según Kushner, es que "90 años de vida no caben en unas horas de grabación". La IA puede imitar voces y patrones, pero ¿puede capturar la esencia única de una persona? La tecnología avanza, pero la duda persiste: ¿queremos cruzar esa línea?

Mientras las empresas prometen "eternidad", la pregunta real es si estamos preparados para convivir con fantasmas digitales.

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