El Barcelona ganó el clásico y acaricia el título

Las matemáticas, que son justas pero de fútbol entienden poco, dirán que LaLiga de España todavía no está definida. La realidad, sin embargo, volvió a demostrar que Barcelona es el mejor equipo de la temporada y merece un título que terminará de abrochar si suma dos puntos más en las tres fechas que le quedan a la temporada. Este domingo, en el clásico que podía ponerle suspenso a la definición, le ganó 4-3 al Real Madrid con autoridad y le sacó siete de ventaja, con nueve en juego.

En el Estadi Olímpic Lluís Companys de Cataluña, la visita pegó primero: Kylian Mbappé, de penal, clavó el 1-0. El arquero Szczesny salió a destiempo, se lo llevó puesto al francés y, aunque la jugada fue revisada por un posible offside, en el VAR interpretaron como un pase voluntario el último toque previo de Cubarsí, defensor culé.

Casi al toque, luego de una gran asistencia de Vinicius Júnior, el francés firmó doblete en 15 minutos. El Barsa, que venía de ser eliminado en semis de Champions frente al Inter, no podía hacer pie, pero Eric García descontó de cabeza en un córner para devolverle el alma a un equipo que ahí reaccionó y se adueñó de la pelota.

Tal fue el subidón que el Barcelona lo dio vuelta en una ráfaga de fútbol. Lamine Yamal, con un golazo, empató 2-2 y luego vino el doblete de Raphinha para poner las cosas 4-2. En el medio, a Mbappé le anularon el tercero por una fina posición adelantada. Seis gritos para un primer tiempo infartante.

A pesar de los cambios, la tónica se mantuvo en la segunda mitad, con Barcelona dominador del juego y un Madrid que, sabiéndose inferior, lo esperaba agazapado para intentar golpear de contra. Y así lo hizo, porque cuando Courtois era figura bajo los tres palos, entre Vini y Mbappé construyeron el 3-4 casi de la nada. Con ese grito, el francés selló su hat trick y alcanzó los 27 tantos en esta Liga, superando a Lewandowski (out del clásico por lesión) en la pelea por el Pichichi. Un consuelo con gusto a poco...

El Real Madrid tuvo dos claras para empatarlo sobre la hora. Una del chico Muñoz, recién ingresado, y otra pelota que terminaba adentro pero fue anulada por nuevo offside de Mbappé. Ya casi se jugaba el alargue y costaba llevar el aire a los pulmones, dentro de la cancha y también en las tribunas.

Pudo ser victoria 5-3 para el Barcelona, que siguió atacando hasta el final a pesar de los riesgos que corría en el retroceso, pero otra vez apareció el VAR para anular lo que era el quinto tanto, de Fermín. No importó. El festejo fue todo azulgrana, que redondeó una temporada inolvidable contra el rival de toda la vida (le ganó las finales de la Supercopa y la Copa de Rey, y los dos clásicos ligueros) y ahora sí se siente a un pasito del título.